viernes, 13 de marzo de 2015

Crítica de 'AGUAS TRANQUILAS (STILL THE WATER)' (2014) de Naomi Kawase



El descubrimiento de un cuerpo sin vida flotando en el agua desplegará todo un impecable abanico visual en el que los ciclos de la vida serán reflejados bajo la cámara de la cineasta Naomi Kawase, cuyo pasado de directora de documentales le viene como anillo al dedo para penetrar en la naturaleza de la isla de Amami y que los espectadores se sientan como el mismísimo Heráclito cuando pronunció aquello de "También aquí hay dioses" ante un grupo de visitantes que se sorprendieron al descubrir al erudito pensador calentándose de forma humilde ante un horno de pan. 


A través de dos jóvenes que están aprendiendo a vivir, el film de Kawase reflexiona en torno a la vida y a la muerte. Nada más y nada menos. La naturaleza es reflejada como parte de un todo divino que es percibido armónicamente, y el amor es presentado como una fuerza capaz de trascender los peores episodios del mejor de los mundos posibles. La muerte viene acompañada de cánticos festivos, en la brillante escena de la muerte de la madre, similares a los del ritual dedicado a la luna que vemos al comienzo del film. Por eso los planos donde dos corderos son degollados no hacen más que ahondar en la idea de que la muerte no es algo extrínseco a la vida sino que forma parte de ella de forma indisoluble y por eso hay que aceptarla.



No hay que esperar de ‘Aguas tranquilas’ un film al uso, sino dejarse llevar por la poesía en imágenes que nos propone Naomi Kawase. No hacen falta muchos diálogos para entender lo que la cineasta pretende transmitir. No obstante las ideas principales se subrayan de forma algo insistente, y en no pocos momentos la sombra de Terrence Malick y ‘El árbol de la vida’ (2011) asoma para restarle originalidad a la propuesta, por ejemplo en esos reconocibles planos donde los rayos del sol se dejan ver tímidamente entre las ramas de los árboles, tan típicos del cineasta americano. Pero no por ello deja de ser una experiencia única en sí misma. Algunos de sus imágenes poseen tal fuerza que serán difíciles de olvidar, ya sean las filmadas debajo del agua o aquéllas otras que nos sitúan en medio de un tifón, reflejando el lado menos amable de la naturaleza. Naomi Kawase ha sabido usar conceptos como la vida, el amor, la naturaleza como organismo vivo y la muerte, y hacernos reflexionar únicamente a través de imágenes poderosas. 


EDUARDO M. MUÑOZ

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