lunes, 13 de junio de 2011

SENDEROS DE GLORIA (PATHS OF GLORY, 1957) de Stanley Kubrick


Basada en la novela homónima del año 1935 de Humphrey Cobb sobre unos hechos reales acaecidos en la Primera Gran Guerra en la que unos soldados franceses son juzgados, de una manera injusta, por cobardía ante el enemigo. La adaptación es libre por parte de Stanley Kubrick, Calder Willingham y Jim Thompson y fue sacada a la luz en el año 1957. Dicho año el macarthismo daba sus últimos coletazos (recordemos que fue una serie de juicios a cineastas que estaban a favor de algunos principios comunistas en plena Guerra Fría y que fueron éstos desvelados por sus propios colegas de profesión, sucesos narrados implícitamente por Arthur Miller en su libro Las brujas de Salem (1953) ). Por lo tanto no deja de ser paradójica cierta casualidad, todo ello llevado de una manera implícita pero locuazmente, que es, al final cabo, de lo que trata el film, una auténtica caza de brujas.
Ambientada en el año 1916, en plena Batalla de Verdún, la más sangrienta de dicha Guerra, nos narra la infructuosa acción de una infantería a tomar una colina a las ordenes del coronel Dax (Kirk Douglas), abogado de profesión, cuya premisa de la imposibilidad de dicha acción era sabida por los generales Mireau (un impresionante George MacReady) y Boulard (Adolphe Menjou). Sin importarles las pérdidas humanas ordenan el ataque como una estrategia patriótica, así como el posterior juicio a tres soldados elegidos a dedo por sus oficiales para escarmentar a su pelotón de infantería.


Hablar de este film es hablar de la primera gran obra maestra de Kubrick. La condensación del guión, por otra parte uno de sus mejores escritos junto con 2001: Una odisea del espacio (1968), es absolutamente sorprendente. El espectador se siente totalmente sumergido en la intriga que se desarrolla y fascinado por los hechos narrados y giros inesperados que nos va ofreciendo secuencia tras secuencia el film. La dirección, con una lectura ceñida a los elementos de la puesta en escena pero arriesgando al máximo (fíjense en los largos travellings de la trincheras) siendo esto algo novedoso y muy diferente a como ruedan el resto de directores de ayer y de hoy. Kubrick hace que con cada plano podamos aprender diferentes maneras de planificación, ya que su estilo es de lo más sorprendente y nada común. Desde la cadencia de sus travellings a lo largo de todo el film, pasando por sus planos angulares (no tan pronunciados en este film), hasta la increíble cámara en mano en la secuencia bélica (Steven Spielberg se fijó en ella para el desembarco en Salvar al soldado Ryan (1998)). Los sonidos fuera de cuadro y los silencios son absolutamente desconcertantes. Todo ello nos indica una manera moderna de lenguaje cinematográfico adelantándose, así, a su tiempo con el uso de planos secuencias de indudable maestría y dotando al film de una linealidad que hace que el espectador observe todos los procesos de una manera más natural.
Pero no solo es un buen director de planos secuencia, que lo consigue siendo un enfermizo cineasta que repite una y otra vez los planos, sino que demuestra su sabiduría cinematográfica desde todos sus procesos, en concreto en el terreno de la actuación, lo cual le lleva a enemistarse con los actores. Debido a su aire perfeccionista, los actores, en el trascurso de los planos, pueden perder su hilo de interpretación poniendo en duda la idea del sistema Stanislavski (desde la actuación llegar al personaje). Hace que el actor se someta a ese objetivo más arraigadamente, es decir, desde dentro del personaje (Sistema Chejov) .También su sabiduría es evidente en la rama fotográfica, ganando su único Óscar por los efectos especiales de la ya citada 2001: Una odisea del espacio (1968), así como en el montaje. Por tanto, su sistema dictatorial hace que sean sus obras muy personales y estén alejadas del poder de los productores, siendo esto muy audaz por su parte en unos años en que los estudios dominaban todo el proceso cinematográfico.



Por otra parte creo notar en este film la influencia de la Bryna Productions y que Kubrick era muy joven para influir tanto en el contenido total, ya que consigue uno de los films mas arquitectónicamente perfectos y equilibrados y menos sobrecargados de todos los que tiene. Aquí el influjo de la cámara no distrae al espectador sino que refuerza y le da más soltura y cadencia al guión, siendo esto una gran baza para el film más serio dentro de su corta pero sustancial filmografía. Vamos, todo un lujo. CARLITOS WAY

4 comentarios:

Bonitta dijo...

muy muy buena!

Eduardo Muñoz dijo...

En efecto. Esta película es una de las mejores de su director, realizada en sus años de mayor gracia (para mí, lo mejor de Kubrick data de los años 50 y 60).

Anónimo dijo...

Fijate de que manera influia ya Kubrick que en busca de localizaciones en Munich se permitio el lujo de rehacer el guión, cosa que molesto bastante a Douglas.pero al final se volvio al original.

Anto dijo...

Ostias, gracias a tu escrito recordé esta inmensísima película que llevo años sin ver!! A darle caña al DVD!!